Queridas familias,

Muchos de vosotros ya nos conocéis y volvéis año tras año, a veces, hasta que los niños llegan a la edad límite.

Queremos compartir con vosotros testimonios de otras familias que en su día nos dedicaron unas palabras, para nosotros emocionantes. Ésta es la verdadera retribución, la que perdura en el tiempo y nos deja huella animándonos a hacer nuestro trabajo lo mejor posible, esforzándonos al máximo para que vuestros hijos tengan una experiencia inolvidable.

«¡Una experiencia fantástica! Ha merecido la pena de verdad. Envíamos a nuestros 2 hijos (11 y 13) desde Barcelona 15 días con el propósito de que conocieran gente de varias procedencias, ganaran autonomía , aprendieran inglés y estuvieran en un entorno de naturaleza y sobre todo sin tecnología.
La niña es una veterana de los campamentos (4 camps) y sabíamos que le iba a encantar. Tuvo a 2 niñas estadounidenses en su habitación con las que se llevó genial y llegaron a acuerdos para hablar los 2 idiomas . Para la niña desde el principio todo perfecto.
Con el niño (11 años) teníamos un reto y tenía que salir bien sí o sí. Fue con muchas dudas por su parte, ya que tuvo una experiencia campamentera desagradable con 8 años en Deltebre. Parte de lo que queríamos era darle la vuelta a este recuerdo, por eso nos cuadraba muy bien un campamento con un enfoque más personalizado. Llevaba una negatividad considerable y teníamos claro que iba a forzar el «pasarlo mal». Los 3 primeros días fueron duros para él, llamada llorando incluída. Paola y los monitores, se esforzaron de manera personal en incluír al niño una y otra vez en todas las actividades y reuniones, y poco a poco fue «entrando por el aro» . No le dejaron quedarse atrás y cada vez más contento, hasta que se integró por completo y empezó a disfrutar como un loco. La directora, Paola, me iba teniendo al día de los progresos para que estuviera tranquila (son casi 1000 km hasta casa). Al final, la última semana estaba feliz y nosotros muy orgullosos.
Saber que tienes el potencial de ser independiente, fuerte y superar el miedo es una ventaja enorme frente a la vida, pero no vale que te lo digan, tienes que experimentarlo y un campamento es una oportunidad de ponerte a prueba. 15 días después siguen contando cosas del campamento y los amigos ( es brutal lo que han aprendido, de naturaleza, juegos, el entorno, la experiencia de dormir al raso, las canciones) y tienen claro que al año que viene quieren volver. Como madre estoy contentísima de que hayan tenido todas estas experiencias.
¡Muchas gracias Cíjara Summer Camp!»

Gabriela C.

PD: Juan (a la derecha), residente en EEUU hace 6 años y  camper en las ediciones 2016 y 2017, participará este año 2024 como monitor en uno de nuestros programas.